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La limpieza con la fregona no es limpiar, sólo esparce la suciedad
Muchas empresas subestiman la limpieza y cometen errores fundamentales a la hora de mantener el lugar de trabajo limpio. Esto se debe sobre todo a la falta de profesionalidad, al deseo de ahorrar dinero y a los procedimientos tradicionales e insuficientes desde hace tiempo.
Gestión poco profesional
El primer y fundamental error, del que suelen derivarse otros, puede ser una mala gestión de la empresa. Los ejemplos pueden ser múltiples:
- La dirección subestima el tema de la limpieza o no delega adecuadamente las competencias en este ámbito.
- La cuestión de la limpieza en el lugar de trabajo queda en un segundo plano o nadie es directamente responsable de ella.
- Un trabajador sin experiencia se encarga de la limpieza y el resultado es peor.
La consecuencia de la mala gestión puede ser que la empresa no provoque mala imagen y aumente significativamente los gastos de limpieza.
Intenta ahorrar dinero a toda costa
Uno de los errores más comunes que cometen las empresas en este sentido es tratar de ahorrar dinero de una forma poco informada. Por eso recurren a empresas de limpieza baratas y que también ahorran en herramientas, equipos y productos de limpieza.
En muchos casos, la limpieza la llevan a cabo trabajadores que no sólo no tienen el equipo pertinente para una limpieza eficaz, sino que tampoco saben cómo manejar los productos de limpieza de forma adecuada. El resultado es que el trabajo está mal hecho, y aunque las empresas creen que han ahorrado dinero, desperdician más recursos.
Paños, escobas, fregonas
Otro error común es subestimar el uso de máquinas de limpieza funcionales y herramientas profesionales y confiar en métodos anticuados. Si un limpiador se limita a «mojar» los suelos con una fregona húmeda y esparce la suciedad por toda la propiedad, es seguro que esa limpieza no cumple en absoluto el objetivo.
Una escoba, una fregona, un paño y un cubo no son la solución si un empresario quiere mantener sus instalaciones limpias y sanamente seguras.
Comprar productos de limpieza inadecuados
En las empresas, también ocurre que el empleado de la limpieza se conforma con uno o dos tipos de productos de limpieza, lo que en las condiciones actuales puede estar lejos de ser una solución viable.
Cada superficie y tipo de suciedad requiere un enfoque individual y productos de limpieza específicos, que a menudo los limpiadores aficionados no tienen o no saben utilizar.
Si no se eligen los productos de limpieza adecuados para la limpieza o se dosifican incorrectamente, nunca se conseguirá el efecto deseado. Por ello, es muy importante que la persona que trabaje con estos productos esté formada y sepa utilizarlos adecuadamente.
Un detalle que lo estropea todo
Aunque una empresa trate y limpie profesionalmente la mayoría de las superficies con las que entran en contacto los empleados o los visitantes del lugar de trabajo, esto puede seguir siendo insuficiente en cuanto al riesgo de transmisión de bacterias y virus.
Por ejemplo, los todavía secadores de manos en los aseos, que pueden contaminarse si se descuida su limpieza. En este caso, el aire caliente servirá de eficaz vector para las bacterias y los virus, que transferirá directamente a las manos o a las vías respiratorias. Subestimar la limpieza de los sistemas de climatización es un problema similar.
Falta de herramientas para la higiene diaria
En el lugar de trabajo, también nos encontramos con lugares donde puede quedar mucha suciedad durante el día. Incluso si una empresa tiene un enfoque perfectamente sistemático de la limpieza y el aseo en todas las habitaciones y en la mayoría de las superficies, sigue habiendo áreas de riesgo clave que a menudo se pasan por alto y se subestiman.
Entre ellas se encuentran las cocinas, donde los empleados tocan cada día la cafetera o el microondas en las grandes empresas. Si estas zonas no se tratan con los desinfectantes pertinentes, incluso durante el día, las bacterias y los virus se acumulan y se propagan.
Los teclados de los ordenadores portátiles y las pantallas de los teléfonos inteligentes son áreas que también se pasan por alto. Aquí es donde no solemos permitir que llegue la empresa o el personal de limpieza, por lo que debemos apelar a cada empleado para que cuide la limpieza de sus dispositivos de forma similar a la limpieza de sus manos.
Coordinación ineficaz de la gestión de edificios y oficinas
El último error, pero no por ello menos importante, es la coordinación ineficaz de la limpieza de las instalaciones de la empresa con otras empresas o trabajadores que se encargan de la limpieza de otras partes del edificio o de su gestión.
Aunque tener un lugar de trabajo impecable es la base del éxito, si la limpieza y la higiene en los ascensores o en la zona común de recepción están mal resueltas, es una solución ineficaz y un desperdicio de energía y recursos. Del mismo modo, si no se aborda el mantenimiento adecuado, la limpieza y el cambio de filtros en las unidades de aire acondicionado y de tratamiento de aire, por ejemplo.